martes, 26 de enero de 2010

Entre luces palpitantes a través del vidrio empañado se despiertan criaturas holomorficas en busca de una nueva víctima, mientras tanto a la vuelta de la esquina se disputan un par de transeúntes por una tajada del paso cebra.

Entre bruscos parpadeos los conductores se empeñan en llegar pronto a casa o quizás en encontrar un desvío que les aviente a un lugar menos congestionado. Una abrupta tempestad disimula la aparente calma que se vive en las calles.

Nada es silencio,

todo es desazón…

Golpeo mi cabeza contra el parabrisas, una y otra vez para ver si así el carro de adelante no se detiene en el semáforo en rojo. Jalo el freno de mano y hundo mi pie en el pedal de la mitad para ver si así el auto rojo que va a lado se detiene a mirar mi frente que está contra el parabrisas.

Todo se detiene

choqué...

1 comentario:

  1. ya vas, la frente contra el parabrisas dice, no se me ponga amarillista pequeña

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