destapó su cóclea y dentro encontró un líquido espeso que se movía con holgura, superando cada una de las vueltas, se enroscaba con sutileza y apacibilidad, olvidando que a su alrededor miles de células descompuestas gritaban por un susurro o quizás por un sonido más intenso...
desató tensiones y silenció aquellos gritos, llegó con dos largos hilos a suplantar el constante zumbido...
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