La sustancia de este día cae,
en mi café de colores y granos condensados,
mientras el silencio dilata la música y sus vibraciones.
Mis poros respiran entre tanto átomo acumulado
por el vapor que se empaña en unas letras derretidas,
despiertan rodeadas por una felicidad tempestuosa,
parecida a la de un enjambre infestado de zánganos.
Leo y releo los mecanismos del contoneo aéreo
dentro de una cierta cavidad,
filtrado de rumores con sabor a hierbas,
enrojecido por el paso sin filtro de pequeñas amplificaciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario