lunes, 16 de agosto de 2010

sweetdeath

Abrió la llave y esperó que el baño se llene de vapor, se desvistió frente a un espejo que se derretía en pequeñas gotas, pensó en su cuerpo, se veía distinto, hablaba distinto, se movía distinto, lo dejó afuera. Ella lo miraba y le recordaba que meses habían pasado sin que cumpla la promesa de deshacerse de aquellos tejidos ajenos, implantados años atrás por sus insaciables ansias de lucir una silueta un poco más ajustada. Desvió su mirada y entró. Una vez dentro sólo pudo perderse en las vibraciones del eco producido por cada azulejo, azulejos azules, azulejos naranjas... Ella aún lo miraba…

El agua se enfrió, el agua olió a gas, el gas se impregnó en su piel, su piel respiró gas y todo lentamente se desvaneció, con el agua cayendo, la música sonando, el vecino cantando: “there's a little bit of me inside you, gathering what you've lost”.

Los días pasaban así vividos a medias, entre sucesivas y pequeñas muertes de horas gastadas, en olores tóxicos añadidos a sustancias incoloras, en recortes del tiempo, mediodía madrugado, tarde cocinada, noche acortada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario