martes, 23 de noviembre de 2010

intento atravesar conversaciones para poder encontrar un lugar seguro en la mitad.

uno donde no tenga que opinar,

un sitio desde donde pueda solo presenciar.

y es que hay veces en las que el hablar se vuelve tan nada

que quisieras omitirlo todo.

interlocutores comunicándose para saciar las ansias de oír su voz

propagándose en un acto que involucra a más de uno…

toman formas de otros,

se camuflan bajo imágenes veladas permitiéndose actuar como

–quizás en solitario-

jamás lo harían.

por eso yo siempre volveré a permitirme presionar tinta sobre papel,

para buscar desalojar aquellos pensamientos abandonados de temporalidad y

huérfanos de claridad.

como si en este ejercicio volvieran a tener tiempo y lugar.

extraño: mientras escribo igual presiento que las palabras jamás alcanzarán a abarcar

la realidad modelada bajo distintas miradas…

en fin…

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