viernes, 5 de agosto de 2011


Pareces descolgarte de un sinfín de barandelas,
deslizándote entre frecuencias de cemento exudado por la ciudad.
Te detienes sólo para recordar lo olvidado del plural ausente.
Sigues, saltas de escalón en escalón sin mirar el lugar de llegada.
La meta aparecerá sola, sin llamada, sin espera.


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