lunes, 19 de diciembre de 2011

ideo en video

Cuando alcanzo a traspasar el límite de las doceicuarenta todo lo que se viene parece alimentar a esto que no se realmente qué es. Pierdo horas mirando videos, dando clicks sucesivos a aquello que se ve interesante, termino encontrándome en un par de tématicas similares entre tanto difuminar. Comidas, chamos, gatos y un par de ventanas para seguir navegando.
Si tendría que reencontrarme en una orientación vocacional, nose a donde apuntaría con esas temáticas. Ama de casa cocinando delicias para pequeños, rodeada de full gatos. Aunque los gatos me dan alergia, así que prefiero solo verlos en videos. Esa alergia no siempre estuvo, o no la conocía por lo menos, hasta que una amiga me convenció de tener un gatito.
Creo que supo llevarme en el momento preciso a verlo, era pequeñito, su mamá aún estaba por ahí y no los dejaba. Él que luego fue ella, era la única gris. Estaban en un lugar del que debían salir pronto, así que tuve que tomar una decisión inmediata, o me la llevaba o se quedaría ahí a la espera de que alguien más se la lleve o que se pierda en la calle. No pude dudar, era tan chiquita y tenía esa lengua aspera que sacan para probar lo que se cruce. Me lamió la mano, entró en el bolso que llevaba y así fue. De a poco le fui encontrando cositas para que aprendiera donde estaba su arena, donde debía afilar sus uñas, donde dormir. Y se quedó en casa.
La alergia empezó a aparecer progresivamente, yo no me recordaba alergica a nada. Mi mamá y mi hermano son los alergiosos de la casa, yo no, así que no se me hizo muy lógico que se despertara tan de repente. Pero así mismo fue, estornudos, picazón en los ojos y en la garganta, tuve que ingeniarmelas para dejar que ella se quedara y yo no desesperara entre esas sensaciones extrañas. Y bueno, algo así fue como fue, vuelvo al eterno webiar.
Apague y vamos como dicen los colombianos.

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