domingo, 5 de septiembre de 2010

sonicshadow

La perdí toda esta semana, fue borrándose de a poco hasta desaparecer por completo. Por un momento llegué a olvidarla, su presencia en los despejados días de esta ciudad se borraron con siete días de intensa lluvia. No apareció ni por las mañanas, ni por las tardes y ni siquiera a medio día, donde el ángulo solar la moldeaba a su manera.

Debo confesar que durante el momento del olvido no la extrañé, la oscuridad de aquella anunciada tormenta hizo que mi cabeza se perdiera en el constante movimiento de la lluvia al caer, en el asfalto salpicado y en las alcantarillas rebosantes de agua. No, no la extrañé. Había otras cosas en que pensar con la cabeza baja, sin obstáculos de luz, sin luz, toda la semana sin ella y yo sin recordarla.

Pero ayer paró la lluvia, volvió a crear ese gran espacio vacío, espacio lleno de gris filtrado entre tanta luz y yo volví a verla y la recordé y la extrañé y quise olvidar que no la había extrañado.

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